La actualidad geopolítica está haciendo que el bolsillo de todos los consumidores pase un mal rato durante esta recta final del 2022. El IPC, el combustible, la luz, los alimentos y hasta el precio de los alquileres están sufriendo un crecimiento de su coste a causa de las crisis y guerras que azotan a nuestro planeta.
El IPC se encuentra en alza desde el año de 2021 y, sumado a la inflación que se está experimentando a nivel practicamente mundial, está haciendo que la lista de la compra de los ciudadanos sea prácticamente innacesible. Para paliar los efectos que la realidad económica está teniendo en las carteras de los españoles el Gobierno ha establecido un tope temporal en la subida del precio de los alquileres. ¿Quieres saber cómo funciona? Sigue leyendo y te contamos cómo afecta a tu alquiler.
El IPC: todo lo que necesitas saber
Seguramente hayas escuchado hablar de IPC cientas de veces en tu vida. Y es normal, ya que gracias a este podemos saber si los precios de los productos han subido o bajado en función del precio de los productos más consumidos por los ciudadanos. Es la denominada “cesta de la compra” que, desde hace unos meses, sufre un crecimiento cada vez mayor. Si nos ponemos más técnicos, podemos referirnos al IPC como el indicador que mide el impacto del incremento de los precios de bienes de consumo de un país.
En nuestro país el IPC también es utilizado para regular la subida de la renta del alquiler en los contratos que así lo han estipulado. En estos casos, deberá hacerse cuando se cumpla una anualidad y aplicando el valor de los últimos dos meses (es decir, si se aplica en enero, utilizará el IPC del mes de noviembre). Esto significa que si el IPC sufre un gran aumento, el alquiler de tu vivienda también experimentará un aumento notable.
Este índice ha sufrido un gran crecimiento durante los últimos meses a causa de, entre otros factores, la guerra entre Rusia y Ucrania. Por ello, el Gobierno ha puesto en marcha diferentes medidas para ayudar a los inquilinos con el pago de sus alquileres.
Las medidas del gobierno
El crecimiento del IPC lograba máximos de hasta el 10,5% durante el mes de agosto. Esto significa que un inquilino con un alquiler de 800 euros mensuales podría tener que pagar hasta 720€ más a final de año. Con el objetivo de que los inquilinos no sufran las consecuencias económicas y sociales derivadas del aumento de los precios, el estado ha establecido un límite en el índice de crecimiento del IPC sobre el alquiler de los hogares.
Las medidas planteadas por el gobierno establecen un límite del 2% en el crecimiento del precio fijado en el contrato previo, desligando el aumento del IPC de los precios de los arrendamientos. Esta medida sólo es aplicable a contratos de arrendamiento de vivienda habitual como pisos y casas. Otros bienes inmubles como locales comerciales, oficinas o naves industriales quedan fuera de la deducción del IPC. En estos casos, el indicador será pactado entre el propietario y el inquilino. Esta medida está vigente hasta final de este año, aunque se está estudiando alargarla pese a las quejas de los propietarios, que están viendo un descenso en sus ingresos.
¿Cómo afecta esto realmente al alquiler de mi piso?
Pongamos un ejemplo práctico para poder ver con claridad el ahorro que supone esta medida a los inquilinos. Supongamos que pagamos 1.000€ por el aquiler de nuestro hogar. Si ponemos en referencia el mes de septiembre, donde le IPC sufrió un crecimiento del 9%, por lo que la renta aumentaría en 90€ ese mismo mes. Aunque parece una cantidad asequible en el precio de la renta, a final del año supondría 1.080€ extra a pagar sumando todas las mensualidades, suponiendo que este índice no continuase aumentando cada mes más.
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